“He sido infiel y voy a perderlo todo en el divorcio”: un abogado pide que “dejes de ver películas americanas”, aunque admite una excepción
A la hora de afrontar un proceso por un ...
A la hora de afrontar un proceso por un divorcio, bien sea de forma amistosa o de mutuo acuerdo o por la vía de los tribunales, si una de las personas ha sido infiel y ese ha sido el motivo de la ruptura, lo normal es que piense que tiene las de perder, sintiéndose responsable del fin de la relación, y considere ya de partida que va a tener que ceder más que la otra parte, despedirse de todo lo material que han conseguido en común.
El abogado Iñaki Barredo explica en uno de sus últimos vídeos en redes sociales que esto no es así. “A veces me dicen -los clientes- que les van a dejar en pelotas. Les digo que dejen de ver películas americanas. (...) Deja de guiarte por los guiones de Hollywood porque la realidad es totalmente diferente. En la normativa anglosajona, si hay una infidelidad de por medio, es motivo para desplumar a la otra persona. En la normativa española, no”, aclara el letrado.
Tanto es así que “ni tan siquiera se pone encima de la mesa cuál es el motivo de la separación -añade Barredo-. Para nada. Ni se valora. Hay una frase habitual que se suele poner en las demandas de divorcio que es ‘por motivos irreconciliables, la pareja ha decidido poner fin a la convivencia’. Punto y pelota”. Cuenta el abogado que aún hay quien acusa a la otra persona de haber estado con alguien y amenaza con dejarla sin nada por su traición.
La excepción en el divorcio por infidelidad“Se sigue pensando -insiste- que el hecho de que una de las dos personas de la pareja haya cometido una infidelidad es un motivo de superioridad a la hora de exigir en el divorcio más patrimonio, más pensión de alimentos, más pensión compensatoria, más uso de la vivienda, más propiedad... cuando no es cierto. La normativa española no tiene en cuenta cuál es el motivo de la ruptura”, zanja.
Hay una excepción, pero ya no es solo la infidelidad. Es el caso en el que “se haya podido poner en riesgo a los menores”, que sí “debería ser tenido en cuenta a efectos de la custodia”. Termina Barredo aconsejando que nadie “tenga miedo” al divorcio si el detonante es una tercera persona porque la ley no dice nada al respecto. Sea cual sea tu posición en esa crisis personal “no tienes más derechos ni tienes menos”.
Chabela Méndez, abogada de Familia, corrobora lo anterior en un post que puede leerse en la web de su despacho: salvando el régimen de visitas a los hijos en caso de que se hubiera dado una desatención o afectación, al resto de efectos no aplica nada. “Explico siempre a mis clientes que no importa cuántas pruebas de infidelidad se presenten en un proceso judicial, ya que el divorcio en España no se concede por cuestiones morales o éticas”.
Los matrimonios duran 16 añosEl número de divorcios y separaciones aumentó un 8,2% en 2024 en España, alcanzando 86.595 disoluciones matrimoniales, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios (ENSD). De estos casos, 82.991 correspondieron a divorcios y 3.604 a separaciones, con una tasa nacional de 1,8 rupturas por cada 1.000 habitantes. Ceuta registró la mayor tasa (2,3), mientras que Melilla tuvo la más baja (1,4).
El 79,8% de los divorcios fue no contencioso, tramitado de mutuo acuerdo, y el 61,1% se resolvió mediante sentencia judicial. La vía notarial disminuyó hasta el 13,8%. La duración media de los matrimonios disueltos fue de 16,4 años. El grupo de edad mayoritario entre los divorciados fue de 40 a 49 años, y la edad media se situó en 49 años para los hombres y 46,6 años para las mujeres.
Además, uno de cada dos divorcios afectó a matrimonios con hijos menores; la custodia compartida se otorgó en el 49,7% de esos casos. En el 54,8% de los divorcios de distinto sexo se fijó una pensión alimenticia, siendo el padre el responsable del pago en más de la mitad de los casos. En el 71,1% de los procedimientos, la demanda fue presentada por ambos cónyuges, reflejando una tendencia hacia las rupturas consensuadas y procesos menos conflictivos.