El hombre de 101 años que es el último artesano de su profesión: “Los jóvenes se están apasionando por los oficios de antes, tal vez podrían sorprendernos”
En Lucca (Italia), el oficio de los letreros artesanales resiste a pesar del ...
En Lucca (Italia), el oficio de los letreros artesanales resiste a pesar del avance de la tecnología y la transformación de los centros urbanos. A sus más de cien años, Enzo Bachi es uno de los últimos exponentes de una tradición que marcó la identidad visual de la ciudad y que ahora se encuentra en riesgo de desaparecer, según reporta la Repubblica.
El taller Bachi, abierto por Francesco Bachi en 1914 en la plaza della Cervia, se mantuvo como referente de la letrística artesanal durante casi ochenta años. “Era todo hecho a mano con materiales de altísima calidad, no podíamos fallar”, relata Enzo Bachi al medio italiano. La producción de este pequeño negocio incluía carteles de cristal, madera y metal, decorados según las técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación. Enzo señala que “equivocarse era un desastre”, en referencia al uso frecuente de oro de 22 quilates, un material con costes elevados cuyo uso exige máxima precisión.
Ocho décadas de historia en los letreros de la ciudadEntre los encargos más destacados del taller figuran letreros emblemáticos como el de La Buca di Sant’Antonio, el de Ottica Toni en vía Fillungo y el de la tienda Martini en vía Veneto, todos ellos lugares de referencia de la localidad con una reconocible estética. “Una de las que más aprecio la realicé en estilo liberty, con latón y madera de nogal”, recuerda Bachi en diálogo con la Repubblica. Además, numerosos comercios tradicionales de Lucca mantienen hasta hoy inscripciones originales del taller, fácilmente reconocibles por el acabado y el tipo de materiales empleados.
El proceso de trabajo incluía visitas personales de los artesanos a los comercios, elaboración de bocetos a medida y conversaciones directas con los clientes en el día a día. De acuerdo con el testimonio de Bachi, cada encargo podía demandar semanas de ejecución. Además de la labor técnica, la bottega (así es como se refiere el propio Bachi a los talleres tradicionales italianos) funcionaba como centro de socialización para vecinos y comerciantes con destacada importancia en distintas etapas de la historia de Lucca.
Un negocio en declive que se resiste a desaparecerEl cierre del taller en 1990 se produjo como consecuencia directa de la aparición de los letreros luminosos, que reemplazaron gradualmente los trabajos hechos a mano. El artesano precisa a la Repubblica que la pérdida de los espacios tradicionales afectó no solo la facturación de los oficios artesanales, sino también la dinámica urbana. “Se han perdido las bottegas y también toda la convivencia que se generaba a su alrededor”, expresó Bachi, recientemente premiado por el municipio en reconocimiento de su trayectoria.
Las autoridades municipales han implementado regulaciones para proteger las obras de letreros históricos de la ciudad, una política reconocida por el propio Enzo Bachi: “Me alegra ver que existen normas que resguardan nuestras creaciones”. A pesar de la disminución de la actividad artesanal, el también expartesano considera viable la transmisión de la tradición a las nuevas generaciones y percibe un cambio de tendencia. “Veo que los jóvenes se están apasionando por los oficios de antes. Tal vez podrían sorprendernos y mandar al archivo los letreros luminosos”, asegura, poniendo de manifiesto la visión optimista del futuro de su profesión.