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‘El mundo acabará en viernes’, la visión más irreverente del fin de los tiempos: una novela sobre el Apocalipsis que en vez de dar miedo, hace reír

La representación del ...

La representación del Apocalipsis en clave de humor y sátira se convierte en el eje central de la nueva novela de Manuel Moyano, titulada El mundo acabará en viernes, donde el autor cordobés despliega una visión irónica y corrosiva sobre el fin de los tiempos.

A través de una narrativa coral, Moyano desafía las convenciones del género ‘distópico’, alejándose de la solemnidad y el terror que suelen impregnar las obras sobre este tema, para ofrecer una interpretación que oscila entre la parodia y la reflexión existencial.

Una historia divertida sobre el fin del mundo

En esta obra, Manuel Moyano retoma el gran tema de la escatología cristiana, pero lo aborda desde una perspectiva singularmente desenfadada. El autor opta por una aproximación más literal y descarada que la de otros referentes del género, como Cormac McCarthy o Stephen King, quienes han explorado el Apocalipsis desde el horror y la desesperanza. Moyano, en cambio, recurre a un humor corrosivo y a un punto de indulgencia, logrando que el lector contemple el fin del mundo con una mezcla de incredulidad y diversión.

La novela se estructura en torno a una serie de personajes de diversa procedencia y moralidad, cuyas historias se entrelazan en el contexto de la inminente catástrofe. Entre ellos destaca un psiquiatra que debe determinar si un hombre hallado deambulando por Idaho es realmente Ernest Hemingway, mientras que en Tel Aviv, una empleada de una productora televisiva se ve envuelta en la preparación del Festival de Eurovisión, amenazado por una plaga de langostas que ha devastado Egipto y se dirige hacia Israel. En paralelo, un terremoto en Nápoles provoca miles de víctimas y una explosión nuclear en la India extiende una nube radiactiva por medio continente, generando consecuencias catastróficas.

El relato incorpora también a figuras históricas y literarias en situaciones insólitas. El Juicio Final reúne así a personajes como Napoleón y Jorge Luis Borges. Moyano introduce, además, a un joven carismático llamado Yeshua en el contexto israelí, mientras un paparazi en Londres intenta capturar la imagen de una sombra misteriosa en las nubes, sugiriendo la posibilidad de que Lady Di siga con vida.

Dios representado como una criatura de Lovecraft

La representación de Dios en la novela rompe con cualquier iconografía tradicional. El autor lo describe como “un gusano gigantesco y viscoso”, una imagen que remite al horror cósmico de H. P. Lovecraft y que subraya el carácter irreverente de la obra. Junto a Dios, aparecen Jesús y la Bestia, esta última encargada de cuestionar la idea de una eternidad dedicada a la adoración divina, poniendo en duda el sentido de la felicidad eterna y la memoria de los seres queridos.

La Gran Tribulación se convierte en el marco en el que los personajes deben acelerar sus buenas obras para obtener el perdón antes del Juicio Final. Moyano retrata este periodo con un equilibrio entre el respeto a las creencias cristianas y la mirada escéptica de ateos y agnósticos, permitiendo que cada personaje exprese sus deseos y temores ante la revelación apocalíptica. Algunos buscan simplemente continuar con su vida, mientras otros anhelan escapar de un mundo condenado.

Moyano evita la farsa burda y la exageración, optando por una ironía sutil y un humor que nunca cae en la grosería. El autor, que inició su carrera literaria con el Premio Tigre Juan y fue finalista del Premio Herralde de Novela con El Imperio de Yegorov, demuestra en esta obra una prosa precisa y envolvente, capaz de transformar el Apocalipsis en una experiencia literaria tan entretenida como reflexiva.

Fuente: https://www.infobae.com/espana/cultura/2025/10/17/el-mundo-acabara-en-viernes-la-vision-mas-irreverente-del-fin-de-los-tiempos-una-novela-sobre-el-apocalipsis-que-en-vez-de-dar-miedo-hace-reir/

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