Cuando ‘Titanic’ pudo ser un fracaso: el tráiler de cuatro minutos que se convirtió en su tabla de salvación
Hoy es fácil pensar en Titanic como uno de los mayores éxitos del cine. Pero en los meses previos a su estreno en 1997, la película dirigida por James Cameron vivió bajo la sombra de la desconf...
Hoy es fácil pensar en Titanic como uno de los mayores éxitos del cine. Pero en los meses previos a su estreno en 1997, la película dirigida por James Cameron vivió bajo la sombra de la desconfianza y el escepticismo. El riesgo financiero, la duración inédita y los rumores de un rodaje problemático hacían que la industria anticipara un desastre comercial. De no ser por una jugada arriesgada en el ámbito del marketing —y, en especial, por un tráiler poco convencional— el destino de la película protagonizada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio pudo haber sido muy distinto.
Según el libro póstumo The Bigger Picture de Jon Landau, que será publicado en noviembre tras el fallecimiento del productor en 2024, el tráiler sirvió de tabla de salvación para un proyecto que muchos daban por perdido. El relato, difundido por el propio Landau, revela la importancia del primer avance en la estrategia para revertir la percepción negativa. “Es la mejor oportunidad para captar a la audiencia”, escribe Landau, quien reconoce que la presión de resumir una historia épica de tres horas en apenas dos minutos y medio llevó a una auténtica batalla interna con los estudios.
La versión defendida por el equipo de producción superaba el doble del tiempo habitual, alcanzando cuatro minutos y dos segundos, mientras que Paramount, uno de los estudios involucrados, prefería un tráiler breve y centrado en la acción. Rob Friedman, jefe de distribución y marketing del estudio, expresó su rechazo de forma tajante: “Vi su tráiler y estoy vomitando sobre mis zapatos”, cita Landau en su memoria, reflejando el clima de tensión. La alternativa de Paramount, llena de cortes rápidos y música intensa, presentaba Titanic como una película de acción, algo que traicionaba la visión de Cameron y Landau.
“Pagaría 10 dólares por volverlo a ver”Con el desacuerdo instalado, los productores lograron que Sherry Lansing, presidenta y CEO de Paramount, autorizara una prueba decisiva: mostrar su versión extendida en ShoWest, la cumbre anual de exhibidores en Las Vegas. Según Landau, ese auditorio albergaba el verdadero poder sobre el destino de la película: los propietarios de salas, quienes deciden qué títulos y en cuántos cines se proyectan. Todo lo que podía salir mal parecía pendiente de un hilo.
Durante la proyección, el ambiente era de alta tensión. Nadie fuera del círculo más estrecho del estudio y la producción había visto una imagen de la película. Cuando acabó el tráiler, Kurt Russell, estrella de otra cinta promocionada allí, se levantó y proclamó en voz alta: “Pagaría diez dólares solo por ver ese tráiler otra vez”. El comentario, según Landau, resultó ser el giro definitivo. La Motion Picture Association permitió el estreno del tráiler extenso, una excepción a la norma que limitaba ese tipo de material.
Este momentáneo consenso alteró la narrativa en los medios. Hasta entonces, la cobertura era mayoritariamente negativa; la portada de la revista Time era solo un ejemplo del escepticismo generalizado. Pero tras el evento de ShoWest, las publicaciones comenzaron a dejar abierta la posibilidad de que Titanic “podría ser buena”. Según el recuento de Landau, fue este punto de inflexión —más que ningún otro giro en el rodaje o la posproducción— el que permitió a la película desafiar el naufragio tantas veces anunciado y conectar con el público de forma histórica.