Chevron en Venezuela: entre los beneficios económicos y las críticas políticas
Chevron goza de una influencia inusual en la Venezuela socialista, lo que le permite al coloso energético beneficiarse de lo que pueda surgir de la crisis entre Washington y Caracas.El gobi...
Chevron goza de una influencia inusual en la Venezuela socialista, lo que le permite al coloso energético beneficiarse de lo que pueda surgir de la crisis entre Washington y Caracas.
El gobierno de Donald Trump ha duplicado la recompensa ofrecida por el líder autocrático de Venezuela, lo califica de "narcoterrorista" y ahora amenaza con realizar ataques militares en suelo venezolano.
Sin embargo, aunque la presión sobre el presidente Nicolás Maduro ha aumentado, este ha encontrado un pilar de apoyo en una de las mayores empresas petroleras estadounidenses.
Las exportaciones venezolanas de petróleo subieron en septiembre a su nivel más alto en cinco años, impulsadas en parte por la reanudación de las actividades de Chevron en Venezuela luego de una breve prohibición del gobierno de Trump.
"Chevron tiene 102 años en Venezuela, y yo quiero que tenga 100 años más", dijo Maduro después de que Chevron obtuviera un permiso estadounidense para reanudar el bombeo de petróleo. La empresa está en Venezuela desde 1923.
Las exportaciones de petróleo de Chevron están volviendo a canalizar divisas hacia la frágil economía venezolana, resaltando la inusual posición de la que goza un icono capitalista estadounidense en un país dirigido por socialistas autoproclamados que han expropiado los activos de cientos de otras empresas.
Las operaciones de Chevron constituyen casi una cuarta parte de la producción de petróleo de Venezuela. En los dos últimos años, Chevron ha representado hasta el 80 por ciento del crecimiento de la producción de petróleo de Venezuela, dijo Francisco J. Monaldi, experto venezolano en petróleo de la Universidad Rice.
Debido a la abrumadora dependencia de Venezuela de las exportaciones de petróleo, los economistas afirman que las operaciones de Chevron están permitiendo a los funcionarios venezolanos gastar al menos algunos ingresos en necesidades básicas como alimentos y medicinas.
Francisco Rodríguez, economista venezolano, afirmó que los ingresos del petróleo son lo que alimenta a Venezuela. Explicó que Chevron está ayudando a evitar que Venezuela vuelva a caer en el tipo de crisis humanitaria que en los últimos años llevó a millones de personas a huir del país.
La consolidación de Chevron como pilar de la economía venezolana pone al descubierto cómo ha sorteado periodos de intensa turbulencia política y económica para mantener el acceso a las colosales reservas de petróleo de Venezuela. Pero también ha expuesto a Chevron a las críticas de los opositores a Maduro, que la acusan de apoyar un gobierno autocrático.
Chevron defendió su trayectoria en Venezuela.
Bill Turenne, portavoz de Chevron, dijo que la empresa cree que su presencia sigue siendo una fuerza estabilizadora para la economía local, la región y la seguridad energética de Estados Unidos.
El protagonismo de Chevron en la economía venezolana podría ayudarle a beneficiarse de los resultados del enfrentamiento entre Washington y Caracas. La empresa parece haber descubierto la clave para trabajar con Maduro, y también para mantener buenas relaciones con el gobierno de Trump. Pero si la gestión de Maduro cae, el punto de apoyo venezolano de Chevron podría darle una ventaja competitiva en lo que probablemente sería un auge de la inversión petrolera.
En Washington, presidentes de ambos partidos han permitido que Chevron siga enviando distintas cantidades de petróleo de Venezuela a las refinerías estadounidenses, manteniendo vivo el comercio de petróleo entre Estados Unidos y Venezuela. Conocida por su capacidad de presión, Chevron contrató este año a la empresa de Brian Ballard, uno de los principales recaudadores de fondos de Trump.
El inmenso potencial de los yacimientos petrolíferos de Venezuela ha hecho que Chevron esté dispuesta a aceptar reveses periódicos y riesgos para su reputación.
Chevron se ha enfrentado a interrupciones de la producción, y en un momento dado la deuda de Venezuela con la empresa alcanzó los 3000 millones de dólares. Venezuela también ha encarcelado a empleados de Chevron por disputas contractuales.
La capacidad del gigante petrolero para seguir operando en Venezuela también refleja el argumento esgrimido por algunos en Washington de que si se prohíbe a la empresa bombear petróleo, sus activos venezolanos podrían caer en manos de China. Esa idea ha sido amplificada por Laura Loomer, partidaria clave de Trump e influente en las redes sociales.
El actual auge de Chevron en Venezuela se produce después de que el gobierno de Trump --presionado por el secretario de Estado Marco Rubio, quien apoya la adopción de una línea dura contra Maduro-- cancelara en marzo una licencia previa que permitía que la empresa exportara petróleo venezolano.
Como consecuencia, las exportaciones de petróleo de Venezuela a Estados Unidos se desplomaron un 90 por ciento en julio respecto al mes anterior, según cifras del gobierno estadounidense.
Los funcionarios estadounidenses elaboraron entonces una nueva licencia, que no se ha hecho pública pero de la que se ha informado ampliamente, para hacerla más restrictiva al prohibir a Chevron canalizar las divisas de las exportaciones directamente al sistema bancario de Venezuela, según una persona familiarizada con el acuerdo que no estaba autorizada a revelar los términos.
No obstante, analistas petroleros y economistas afirman que tanto Chevron como Venezuela siguen beneficiándose del nuevo acuerdo.
La prominencia de Chevron la ha ubicado en la inusual posición de ser una empresa estadounidense elogiada por Maduro y sus aliados socialistas, quienes ven en ella un importante aliado.
Willian Rodríguez, un legislador que apoya a Maduro, afirmó que la importancia de Chevron es fundamental porque aporta financiación y tecnología, destacando la experiencia de la empresa en la reactivación de pozos cuya explotación es compleja.
Por otra parte, la disposición de Chevron a trabajar con el gobierno de Venezuela la ha expuesto a los ataques de figuras de la oposición, que consideran que la empresa refuerza el liderazgo autocrático del país.
"Chevron ha hecho todo lo posible para socavar la lucha por la democracia en Venezuela", dijo Pedro Mario Burelli, exmiembro del consejo de administración de Petróleos de Venezuela, la empresa petrolera estatal.
El papel de Chevron en el apuntalamiento de la economía venezolana se remonta a una apuesta que hizo hace casi dos décadas, cuando Hugo Chávez, quien en ese entonces era el presidente, emprendió una campaña para nacionalizar los activos petrolíferos de propiedad extranjera.
Rivales como ExxonMobil y ConocoPhillips optaron por abandonar Venezuela. Pero Chevron no lo hizo, aprovechando la cálida relación que Ali Moshiri, ejecutivo de Chevron de origen iraní, mantenía entonces con Chávez.
Un factor clave en la decisión de Chevron fue la opinión a largo plazo de que la empresa debía capear cualquier turbulencia para permanecer en un país que cuenta con una de las mayores reservas probadas de crudo del mundo.
Como Chevron se encuentra en la inusual posición de conectar dos países en conflicto, Moshiri, quien ahora dirige una empresa petrolera independiente en Houston, dijo que esperaba que las operaciones venezolanas de Chevron pudieran ser una fuente de intereses compartidos y aliviar potencialmente las tensiones bilaterales.
"Estoy muy orgulloso de lo que ha hecho Chevron, y estoy muy orgulloso de que Chevron sea un instrumento entre los dos gobiernos para alcanzar una solución", dijo Moshiri en una entrevista telefónica.
Chevron no es ajena a los acuerdos complicados. Los veteranos del sector establecen un paralelismo con las operaciones de Chevron en la Angola marxista de la década de 1980, cuando los soldados cubanos protegían sus activos contra los rebeldes anticomunistas apoyados por Estados Unidos.
Para el éxito de Chevron en Venezuela es crucial su experiencia técnica en una región llamada la Faja del Orinoco, donde el petróleo es espeso y cargado de azufre, lo que requiere un refinado especializado.
Edward Chow, un antiguo ejecutivo de Chevron que exploró oportunidades en Venezuela en la década de 1990, dijo que si el petróleo fuera fácil de producir, los venezolanos lo harían solos.
Aunque Chevron permaneció en Venezuela, la mala gestión, las purgas ideológicas, las sanciones y la corrupción en la industria petrolera hicieron que la producción global disminuyera. Las empresas petroleras chinas y rusas no pudieron elevar la producción a los niveles de Chevron.
Las sanciones a Venezuela durante el primer gobierno de Trump limitaron a Chevron. Sin embargo, después de que Rusia invadió Ucrania, el gobierno de Joe Biden permitió a Chevron reanudar las exportaciones de petróleo desde Venezuela para aliviar los temores sobre el suministro mundial de petróleo.
La española Repsol y la italiana ENI obtuvieron licencias similares bajo la presidencia de Biden, pero el gobierno de Trump no les ha concedido nuevas, reforzando así la posición de Chevron.
Chevron aún enfrenta riesgos. El gobierno de Trump podría cambiar de rumbo y utilizar las amenazas de detener las operaciones de Chevron para obtener concesiones de Maduro.
Monaldi, el experto en petróleo de Rice, también mencionó un creciente "costo reputacional", ya que Chevron se enfrenta a críticas por su disposición a trabajar con el gobierno de Venezuela.
Sin embargo, añadió, parece poco probable que Chevron pague un precio muy alto, destacando el papel de la empresa en la reactivación de la economía de Venezuela si se produce una transición política.
Los líderes de la oposición, dijo Monaldi, tendrán que dejar de lado cualquier animadversión hacia Chevron y negociar con ellos para que inviertan rápidamente.
Julie Turkewitz colaboró con reportería desde Bogotá, Colombia.
Simon Romero es corresponsal del Times en México, Centroamérica y el Caribe. Reside en Ciudad de México.
Anatoly Kurmanaev cubre la transformación de Rusia tras la invasión a Ucrania.
Julie Turkewitz colaboró con reportería desde Bogotá, Colombia.