Caballo mallorquín: la raza autóctona que combina fortaleza, historia e identidad única
El mallorquín es una raza autóctona de Mallorca cuyos orígenes se vinculan con los ejemplares negros catalanes, hoy extintos, así como con los caballos sardos de Cerdeña, de los cuales adoptó...
El mallorquín es una raza autóctona de Mallorca cuyos orígenes se vinculan con los ejemplares negros catalanes, hoy extintos, así como con los caballos sardos de Cerdeña, de los cuales adoptó algunas características.
La evolución de esta especie también recibió influencia de los menorquines, habitantes de la segunda isla más grande del archipiélago balear, que proceden del cruce entre equinos españoles y purasangres británicos, resultado de la conquista inglesa en el siglo XVIII.
Dicho mestizaje fue fundamental para moldear las características distintivas del mallorquín, consolidando su singular identidad dentro del patrimonio equino de la región, según informa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en España.
Este animal, que mide aproximadamente 1.50 metros en yeguas y entre 1.60 y 1.65 metros en machos, se caracteriza por su gran fortaleza y resistencia debido a que históricamente eran utilizados tanto para labores militares como en la cría mular, al cruzarse con los valorados burros mallorquines.
Historia y características de la razaEn el trabajo rural, este equino, según la Revista Real Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto, siempre se destacó por su dureza y gran rentabilidad, ya que requeriría pocos cuidados y mantenimiento.
Su alimentación se basaba principalmente en los pastos que la naturaleza ofrecía de forma espontánea, salvo durante los meses más secos, lo que evidenciaba su perfecta adaptación a los rigores del clima mediterráneo.
En 1989, la Jefatura de Cría Caballar otorgó el reconocimiento oficial a esta raza como autóctona, destacando sus características propias y definidas. Presenta una silueta esbelta, con una cruz bien marcada pero de musculatura ligera, y una grupa larga e inclinada.
Su capa, mayormente negra en todas sus variantes, es densa y resistente, permitiendo la presencia ocasional de pequeñas manchas blancas en la cara, parcialmente en forma de cometa o cordón.
La armonía de sus formas, la elegancia que le confiere su tono negro sólido y brillante, junto a su temperamento dócil y tranquilo, han elevado el valor de los caballos de pura raza mallorquina en el mercado, lo que augura una estabilidad para esta especie tras los problemas de consanguinidad sufridos desde mediados del siglo XIX.
Recuperación y valorización de la razaDe acuerdo con E Horse, revista especializada en equinos, a partir de ese momento, Mallorca experimentó una importación masiva de sementales árabes, andaluces y también trotones, lo que contribuyó a la reducción considerable de ejemplares autóctonos, cifra que se vio aún más afectada por la mecanización de las labores agrícolas, poniendo en peligro la supervivencia de la raza.
Sin embargo, durante los años setenta aún existieron ejemplares no cruzados, como el semental Estel des Teix, recuperado en la agreste Sierra de la Tramontana. Este ejemplar es considerado el “padre” de la moderna línea mallorquina, ya que durante sus 35 años de vida su material genético fue fundamental para engendrar alrededor del 70% de los sementales inscritos en la Delegación de Cría Caballar de las Islas Baleares.
La recuperación se llevó a cabo a partir de cinco sementales, incluido Estel des Teix, y dieciocho yeguas de cría, cuyos nombres y procedencia fueron registrados en el primer tomo del Libro de Registro-Matrícula de Caballos Mallorquines, publicado en 1993.
Los rasgos morfológicos fueron establecidos inicialmente por el doctor Antonio Sánchez Belda, cuyos estudios impulsaron la creación de la Asociación de Propietarios y Criadores de Caballos Mallorquines (AECABMA).
En los últimos años, la raza ha experimentado un creciente interés entre aficionados a la equitación y actividades ecuestres, lo que ha contribuido a un aumento en el número de ejemplares y a su valorización en el mercado, cuyo precio de venta ronda entre los 2500 a 3000euros.
Desde la Primera Guerra Mundial, esta raza fue catalogada como vulnerable y estuvo a punto de ser declarada en peligro de extinción en la década de 1970.
Según la revista E Horse, aunque inicialmente los caballos vinculados a esta cervecera eran de estatura pequeña, la raza se afianzó entre finales del siglo XVIII y durante el XIX, convirtiéndose en una de las de mayor tamaño.